Infecciones de cuello y médula espinal

Infecciones de la columna vertebral

Las enfermedades microbianas de la columna vertebral se denominan infecciones de la columna vertebral. La causa puede ser una de varias bacterias u hongos. Las infecciones de la columna vertebral pueden aparecer tras una intervención quirúrgica o desarrollarse espontáneamente en pacientes con determinados factores de riesgo.

¿Cómo se desarrollan las infecciones medulares?

La infección comienza cuando los microbios que llegan a la columna vertebral a través de la sangre o la contaminación directa crean primero una irritación (inflamación).

Más tarde, la infección en desarrollo comienza a extenderse al disco y al hueso y destruye estas zonas.

Después, la infección puede extenderse a todo el hueso y el disco, perforar la pared posterior, progresar hacia el canal medular y presionar la médula espinal y los nervios.

En esta fase, la columna vertebral afectada puede colapsarse y producirse una fractura.

¿Cuáles son los signos de las infecciones medulares?

Los signos de infección pueden manifestarse como fiebre, debilidad, dolor de cabeza, rigidez de cuello, hinchazón en la zona de la herida de la operación, sensibilidad, enrojecimiento, secreción y dolor. En algunos casos, el paciente puede sentir entumecimiento en brazos y piernas, pérdida de sensibilidad y debilidad en la fuerza muscular. Mientras que en algunos pacientes estos hallazgos se asientan de forma insidiosa, en otros aparecen con un cuadro clínico grave desde el principio.

¿Cómo se diagnostican las infecciones medulares?

En primer lugar, el médico le hará preguntas para diagnosticar una infección de la columna vertebral. A continuación le realizará un examen detallado.

A continuación se solicitan pruebas de imagen y análisis de sangre. Estas pruebas pueden incluir diversas modalidades de diagnóstico por imagen (radiografías directas, TAC, resonancia magnética y gammagrafía). Los análisis de sangre completa, bioquímica, PCR, velocidad de sedimentación serán el comienzo de los análisis de sangre que pueden solicitarse.

¿Cuál es el tratamiento no quirúrgico de la infección vertebral?

El tratamiento no quirúrgico incluye el uso de antibióticos, terapia antituberculosa y tratamientos antifúngicos para la infección por hongos.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento quirúrgico para las infecciones de la columna vertebral?

Las opciones quirúrgicas pueden variar en función del tipo y la localización de la infección, el tamaño del absceso, los daños en los tejidos y el sistema inmunitario del paciente. Aunque lo más sencillo es la evacuación del absceso y la limpieza (desbridamiento) de los tejidos infectados, a veces puede ser necesario utilizar jaulas e instrumental para sustituir las vértebras destruidas.

Tras la intervención, a veces se cierra la herida y se coloca un drenaje, otras se deja abierta y se lava periódicamente, o se aplica un método como el drenaje continuo mediante la aplicación de presión negativa con cubiertas tisulares presurizadas (woundvac).